jueves, 1 de noviembre de 2012

Jesús y los jóvenes


Como Jesús nos habla a los jóvenes de diferentes  maneras por medio de las Sagradas escrituras hablando sobre diferentes temas  colocándonos ejemplos sencillos pero reales, enseñándonos a  los  jóvenes, como a toda la humanidad, la necesidad ser confrontado con la Palabra de Dios a partir de ciertas leyes que muchas veces no son respetadas como los mandamientos :  “No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre”. Los  jóvenes preguntan muchas veces para mostrar lo que saben, para fijar sus ideas, porque ya tienen su propia respuesta, que consideran correcta. Piden consejos, aunque ya ellos tienen decidido lo que van a ser, buscan ser aprobados por los adultos, algunas veces motivados por la aprobación que ya le dieron sus “amigos”, tan inexpertos como ellos.
Cristo habla a los adultos, a los padres, cuando nos enseña cómo es Él y como somos nosotros: Dios establece sus reglas movido por su amor por la humanidad: “Dios no quiere que nadie se pierda”. Su ley, sus mandamientos, sus estatutos no buscan la perdición, sino la salvación de una humanidad.
El propósito de Cristo era mostrar el enfoque correcto: Nuestra mirada no debe estar en una computadora, un celular, ropa o zapatos de moda, ni en caprichos. Nuestra mirada debe estar en los valores, en los principios, en las riquezas eternas, en el costo de la salvación: La cruz, en ella Dios refleja su amor, en la obra de lo que Jesús hizo y hace por nosotros, no en la nuestra.
Ahora sabía que la salvación no depende de su conocimiento intelectual, de sus puntos de vista, sino de enfocarse, no en lo que él supuestamente había hecho bien, sino en lo que Dios dice: “No tendrás otros dioses delante de mí”. Al cielo no se va por méritos propios, sino por el mérito de otro y ese es Cristo en su muerte y muerte de Cruz.

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